Corría el año de 1952 en las calles de Londres, cuando el invierno azotó cruelmente aquella ciudad. Los termómetros bajaron bruscamente haciendo un frio tan inusual comparada en otras épocas. El 5 de diciembre, los habitantes se vieron envueltos por una niebla, como de costumbre en los días de invierno, sin embargo en los siguientes días fallecieron 4 mil personas.
Esto se debió a que el denso frio orilló a los ciudadanos a buscar una calefacción que de alguna manera pudieran soportar las bajas temperaturas. Chimeneas, fogatas, hornos, fogones, con carbón fueron prendidos en el interior de las viviendas y espacios públicos, simultáneamente.
El humo desprendido se mezcló con la niebla natural del ambiente lo que provocó una niebla densa y contaminada. La gente no podía transitar por las calles debido a la escases de visibilidad. Teatros, escuelas, cines, restaurantes fueron cerrados. El humo, debido a su espesor, difícilmente se podía esparcir, por lo que mató a 12 mil de personas.
Esto se debió a que el denso frio orilló a los ciudadanos a buscar una calefacción que de alguna manera pudieran soportar las bajas temperaturas. Chimeneas, fogatas, hornos, fogones, con carbón fueron prendidos en el interior de las viviendas y espacios públicos, simultáneamente.
El humo desprendido se mezcló con la niebla natural del ambiente lo que provocó una niebla densa y contaminada. La gente no podía transitar por las calles debido a la escases de visibilidad. Teatros, escuelas, cines, restaurantes fueron cerrados. El humo, debido a su espesor, difícilmente se podía esparcir, por lo que mató a 12 mil de personas.
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